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Qué duda cabe que la educación superior es un motor determinante en el desarrollo de una sociedad moderna , impacta directamente tanto en las políticas públicas , como en la modernización del sector productivo . Por eso es tan importante que ésta sea de calidad y que esa calidad pueda medirse para lograr un mejoramiento continuo.

Para garantizar lo anterior se han creado en los últimos años las llamadas agencias de aseguramiento de la calidad (AA) , que , dependiendo de los distintos países , éstas pueden ser tanto públicas como privadas, pero lo esencial, es que primeramente , sean autónomas e independientes y actúen como entes imparciales , técnicos y eficaces .

Pero para que las agencias acreditadoras puedan realizar eficientemente su labor , se requiere de sistemas de información completos y veraces en todos sus niveles . De ahí la importancia de coordinarse y trabajar con agentes públicos que aborden materias de educación superior , lo mismo que con todas las IES , pero también , con agentes privados relacionados al sistema , como asociaciones gremiales , colegios profesionales , cámaras de comercio, etc.

Es por ello que el aseguramiento de buenas prácticas de las AA , es vital para que éstas mejoren y se fortalezcan en el tiempo y con ello contribuyan a mejorar la calidad de la educación superior.

Me permito , por lo tanto , señalar algunos desafíos futuros que estas agencias deberán enfrentar para asegurar una incorporación progresiva y sistemática a la cultura del mejoramiento continuo , sea a nivel institucional o de programas.

Debe haber una revisión constante en los criterios , normas y procedimientos de acreditación.

Las demandas del medio en cuanto a los perfiles de egreso de los estudiantes , deben estar presentes al momento de construirlos y la formación profesional debe estar en plena sintonía con el sector productivo estableciendo mecanismos de comunicación fluidos con toda la comunidad.

Fenómenos como la formación global , on line, los MOOC S y otros, son realidades que los sistemas de AQ deben necesariamente abordar.

La formación superior transfronteriza pronto será una realidad más relevante y habrá que poner especial atención a ella.

Los miembros de las agencias deben tener competencias en AQ y sus mecanismos de nominación deben garantizar idoneidad , autonomía , independencia e imparcialidad ; asimismo deben contar con pertinencia en los distintos tipos de IES, sean éstas profesionales , técnicas o de especialidades.

Las decisiones de las agencias , por naturaleza son apelables , pero deben ser ante entes externos expertos en AQ y no en organismos administrativos.

Los marcos de funcionamiento interno de las agencias en lo relativo a los conflictos de interés deben reflejar las buenas prácticas , pues éstos son fundamentales y resultan claves para la instalación y desarrollo de la cultura del AQ.

Se debe tener respeto por la diversidad institucional de cada sistema pues se corre el peligro de la estandarización forzada de los distinto tipos de IES .

Las resoluciones de los procesos de acreditación deben ser muy rigurosas , consistentes , claras y precisas , donde las debilidades y fortalezas de cada institución queden clara y objetivamente señaladas , pues son las culminación de un largo proceso en que han intervenido , profesionales , pares evaluadores , consejos consultivos , comités de áreas y autoridades.

Finalmente debe existir un cuerpo de pares avaluadores capacitados , experimentados y en permanente actualización.

Estos son sólo algunos elementos que las agencias de acreditación deben tener presente y proponérselos como interesantes desafíos futuros. De esta manera estarán contribuyendo a desarrollar cada día con más éxito , la cultura del aseguramiento de la calidad y el mejoramiento continuo en la educación superior .

Jaime Alcalde Costadoat Mayo 2016